de Grey» (E.L. James, Ed. Grijalbo, 3ª Ed. Junio 2012. Traducción de Pilar de la Peña Minguell y Helena Trías Bello).
1) No me llamaba la atención, la verdad, pero varias amigas me pidieron que lo leyera y opinara. Este es el resultado. Pero esto no será un post de los habituales sino un cúmulo de observaciones, comentarios y reflexiones sobre el último fenómeno literario (o más bien comercial). Al menos, así podré decir algo cuando salga (otra vez) el tema.
2) Leo con estupefacción que se han vendido unos treinta millones de ejemplares y que es el libro más vendido de la Historia en Gran Bretaña. Nadie discutirá que es una «gesta» impresionante. Sin duda el márketing y la rápida difusión por Internet ayudan. Pero no explican. Al menos no lo suficiente. Así que hay que buscar el éxito entre sus páginas. Me pongo a ello intentando (infructuosamente, lo reconozco) despojarme de los prejuicios.
3) El argumento es simple: estudiante de último curso de literatura inglesa accede a entrevistar, en lugar de su amiga y compañera de piso, Kate, que padece un resfriado más que oportuno, a un yuppie. El resto se imagina. Que el argumento sea más o menos simple, en principio, no presupone nada. Ya lo dije en otro post: hay escritores que son capaces de hacer interesante lo común, lo de todos los días. No es el caso.
4) Lo cierto es que la historia no es tan común; resulta que al yuppie le gusta el juego sádico y ella es una inocente de 20 años. Eso parece darle el punto original al tópico del experto que enseña a la inocente.
5) Christian Grey (el susodicho yuppie) es absolutamente perfecto. Al menos para quien guste de ese tipo de perfección que se ajusta a todos los estereotipos y estándares «al uso» (si obviamos su gusto por el sado, claro). Pero James no ha conseguido un personaje creíble; lejos de eso, Grey resulta afectado, empalagoso e inconsistente. Lleno de contradicciones que se deben no a la complejidad de su psique, como pretende la autora, sino a la simpleza del propio personaje y a su absoluta falta de coherencia.
6) Hace años leí American Psycho, de B. Easton Ellis. Sospecho que James también lo leyó. Y ha concebido una versión palomitera de Pat Bateman. Curiosamente, Mary Harron eligió como actor para su flojísima adaptación del libro a otro Christian (Bale). Marcas de ropa, físico perfecto, música con nombre y apellido, joven, triunfador, 27 años, obscenamente rico..y algunas coincidencias más.
7) Anastasia Steele es la joven inocente y torpe que cae rendida (literalmente) a los pies de Grey. No parece que forme parte de esa corriente conservadora que gusta tanto a un sector norteamericano que defiende la abstinencia sexual hasta el matrimonio. Sin embargo, es vírgen y ha tenido más bien poca experiencia con los hombres; espera a su príncipe azul. Otro fallido intento de construir un personaje consistente. Y por supuesto su físico es «normal». En definitiva, Ana podría ser cualquiera.
8) Anastasia es para todo el mundo Ana: solo Christian la llama por su nombre completo y lo hace de forma casi compulsiva, cada cinco o seis palabras, a modo de mantra: Anastasia, Anastasia, Anastasia…..el resultado es un diálogo forzado. Lo mismo ocurre entre Ana y Kate. Quizás James quería conseguir algún tipo de efecto pero no he sido capaz de averiguarlo.
9) Del argumento poco más. A la primera de cambio Grey le descubre a Steele que solo practica (y solo ha practicado) relaciones sexuales sádicas y le pone delante de las narices un contrato de sumisión -o algo parecido-, cláusula de confidencialidad incluida, para que lo firme y poder así empezar, de mutuo acuerdo, esa relación en la que tanto placer encuentra. No sé si ese tipo de acuerdos existen; probablemente sí, porque de todo hay en este mundo, pero me parece imposible que la redacción sea siquiera parecida.
10) El mundo del sadomasoquismo y lo que implica me resulta absolutamente desconocido y desconcertante. Pero no creo que se asemeje, ni por asomo, a lo que nos enseña Cincuenta Sombras de Grey. Me temo que es otra versión palomitera que lo lleva a la simpleza más absoluta y lo hace resultar «superficial».
11) Me vienen a la memoria algunos títulos que, de algún modo, se acercan más o menos a las conductas sadomasoquistas: Lunas de Hiel, la inquitante cinta de Polansky; Portero de noche, compleja película de culto dirigida por Liliana Cavani, quizás la más conocida de esa corriente que asocia el nazismo con el comportamiento sadomasoquista y que tiene su exponente más cruel en Illsa, la Loba de las SS, repugnante creación de Don Edmonds que no he sido capaz de ver entera. O la desoladora La Pianista de Haneke, ya citada en este blog (y su versión, también palomitera, Cisne Negro). No hay nada, absolutamente nada en esos títulos ni en sus personajes que se parezca, siquiera remotamente, al Christian y a la Anastasia de Cincuenta Sombras de Grey.
12) Los tiempos que maneja la escritora tampoco resultan verosímiles. Demasiado rápido, casi sin vacilar, Christian sucumbe a la inocencia de Ana. Se permite apenas unos pocos momentos de flaqueza ante las más que comprensibles reticencias de la protagonista. Demasiado pronto le muestra sus cartas. Quizás sea más comprensible que Anastasia se vuelva loca desde el primer momento.; pero también acepta demasiado pronto llevarse unos azotes. Eso sí que es llegar y besar el santo.
13) Obviamente, Christian, hasta que conoció a Anastasia, no había sentido nada de verdad por ninguna mujer. Por eso este tipo taciturno y críptico la lleva inmediatamente a conocer a sus padres, a cogerle la mano delante de todos y a dejarse fotografiar con ella. Resulta casi casi adolescente.
14) Kate, la compañera de piso de Anastasia, es otro estereotipo; es todo lo que nuestra protagonista querría ser. Guapa, lista, segura de sí misma… es decir, otro compendio de virtudes y de perfección que sospecha de Christian desde el primer momento (a ella no podía escapársele ese lado oscuro) y que consigue volver loco al hermano de éste. Mejor, imposible. Todos cenando juntos a la semana de conocerse en la gran mansión de los suegros millonarios. Un sueño para cualquiera…
15) En realidad, todos los personajes son clichés: como el chófer-ayudante-mano derecha-invisible-leal-siempre disponible Taylor que de forma inmediata se hace «amigo» de Anastasia. O José, su amigo fiel que obviamente está perdidamente enamorado de ella.
16) El que Grey sea tan perfecto, de alguna manera, coloca a la escritora en el difícil papel de tener que explicar el porqué de esa tendencia sádica. Es decir: el sadismo se muestra como una conducta reprobable y enfermiza que solo una infancia terrible, algún secreto aún no desvelado (hay dos volúmenes más) y la existencia de una Sra. Robinson, pueden explicar. Y eso que Christian hace ímprobos esfuerzos por vender a Ana las bondades de sus práticas. Podéis estar tranquilas mujeres del planeta: lo de Christian tiene cura.
17) Nuestro protagonista es además un filántropo preocupado por terminar con la hambruna en el tercer mundo. Aún no se ha desvelado el motivo (James guarda información para las secuelas) pero se sospecha que en algún momento de su vida pasó necesidad y penurias, antes de ser adoptado. Por eso quizás no se deja acariciar, es vulnerable. Es la forma de completar ese perfil perfecto de Grey. Sus sombras son fruto exclusivamente del sufrimiento que padeció en el pasado. Pero el amor lo puede todo. ¿O no?.
18) Me miro en el espejo y frunzo el ceño, frustrada. Qué asco de pelo. No hay manera con él. Y maldita sea Katherine Kavanagh, que se ha puesto enferma y me ha metido en este lío. Tendría que estar estudiando para los exámenes finales, que son la semana que viene, pero aquí estoy; intentando hacer algo con mi pelo. No debo meterme en la cama con el pelo mojado. No debo meterme en la cama con el pelo mojado. Recito varias veces este mantra mientras intento una vez más controlarlo con el cepillo. Estas son las primeras frases de Cincuenta Sombras de Grey.
19) Se supone que uno de los atractivos del libro es la cantidad de sexo que hay en sus páginas. Haberlo, lo hay, desde luego. Y descriptivo. Pero todas las escenas son iguales y a todas les falta algo. Más bien les falta mucho o, al menos, lo esencial; difícil describir esa línea que separa la pornografía barata del erotismo o de esa otra pornografía que hay sin duda en algunos libros y que te deja un nudo en el estómago llenando escenas que forman parte necesaria y complementaria de la historia. Aquí es absolutamente gratuito y yo diría que vulgar.
20) Mención aparte merece la capacidad física de los personajes. Sobre todo la de él. Son máquinas de fabricar orgasmos (todos ellos brutales) desde el primer momento.
21) Gran parte del libro la componen los monólogos interiores de Ana. Ya hemos dicho alguna vez que la narración en primera persona busca el acercamiento entre el lector y el escritor. Aquí esa misión resulta poco menos que imposible. Ana vive una tremenda «lucha interior» entre su «yo racional» -ese yo inseguro, patito feo, que cree que no merece lo que le ha tocado en suerte y que le grita que huya despavorida- y la diosa que llevo dentro (literalmente, no es una coña), el álter ego que le recuerda que es estupenda, le suplica aventura y riesgo y da saltitos de alegría cuando es escuchada. Por momentos Cincuenta Sombras de Grey parece el diario de una quinceañera.
22) De hecho, aparecen en el libro frases como qué bueno está, como le quedan esos vaqueros y otras por el estilo. Lo dicho, el diario de una adolescente. Eso sí, un poco procaz. No casa bien con una «mujer» que de repente no piensa más que en el sexo y se deja atar y azotar. Es probable que la traducción no haya ayudado demasiado aunque no creo que la versión original sea mucho mejor.
23) Porque puedo. Es la expresión que usa Christian de forma recurrente cuando Ana le reprocha sus excesivas y constantes atenciones. Resulta pueril.
24) Grey, como buen ser atormentado que es, padece insomnio y aporrea Bach en las teclas de su piano, descalzo y con el pelo revuelto, a horas intempestivas. Recuérdese a Richard Gere en Pretty Woman.
25) En algún sitio leí que la escritora abandonó su trabajo durante un año o poco más para encerrase a escribir la trilogía. No quiero desmerecer a quien es capaz de llenar con palabras 1.500 páginas en tan poco tiempo. Pero es obvio que el resultado, a menos que seas un genio, no puede ser más que mediocre.
26) Salvo que mejore el balance de pérdidas y ganancias de la compañía, no me interesa, Ros. No vamos a cargar con un peso muerto. No me pongas excusas tontas. Que me llame Marco, es todo o nada. Sí, dile a Barney que el prototipo pinta bien, aunque la interfaz no me convence. No, le falta algo. Quiero verlo esta tarde para discutirlo. A él y a su equipo; podemos hacer una tormenta de ideas. Pásame con Andrea otra vez. -Espera, mirando por el ventanal, amo y señor del universo contemplando a la pobre gente bajo su castillo en el cielo-. Andrea…
27) James no se ha molestado más de lo imprescindible en que haya una minima riqueza léxica o sintáctica en su novela. Repite y repite vocablos, expresiones, frases y casi escenas, diría yo. Me besa con suavidad, no puedo controlarme, mis dedos se enredan en su pelo, la descripción de los encuentros sexuales de los protagonistas son casi calcos unos de otros. Salvo cuando entran en el cuarto del dolor ya que aquí practican la variante sádica que tanto desconcierta a Anastasia (parece que le gusta aunque no está muy claro cuánto) y que tanto gusta a Christian a pesar de que al tiempo le duele hacer daño a aquélla a quien ama. ¿Pero no se trataba exactamente de eso?. Parece ser que no, que el sadismo persigue el placer a través del dolor físico pero tiene como finalidad proporcionar dicho placer tanto al amo como al sumiso. Quizás sea ésta la clave para distinguir la práctica sexual de la perversión; pero me temo que un sádico necesita un masoquista.
28) Cincuenta Sombras de Grey nos vende una visión casi idílica de la relación de pareja. Sí, es así; aunque resulte contradictorio lo que estoy escribiendo con el hecho de que uno de los protagonistas tenga tendencias sádicas. Como ya he dicho, ese pequeño detalle tiene su explicación y además se cura. Lo importante son las mariposas en el estómago y que a uno le tiemblen las piernas, expresiones que también se utilizan con profusión. Resulta de una simpleza absoluta.
29) He oído multitud de comentarios sobre el libro. de hecho, en la portada aparece una etiqueta con la leyenda Sí, este es el libro del que habla todo el mundo. Me parece imposible que el perfil del lector de Cincuenta Sombras de Grey sea una mujer entre 40 y 50 años. Reflexionando un poco, he llegado a la conclusión de que quizás la explicación esté en el hecho de que es esa una generación a la que le ha sido vetada la pornografía y ha tenido acceso al fenómeno Internet solo a partir de una determinada edad (se acabó el tabú). Leer Cincuenta Sombras de Grey es una forma «fina» y sútil de leer algo un poco subido sin que parezca obsceno, sino simplemente «atrevido».
30) Al parecer hay un nuevo género literario llamado «porno para mamás». Al parecer está siendo objeto de estudio. Al parecer ayuda a que las mujeres se sientan mejor consigo mismas y más «liberadas». Todo esto me parece imposible. http://www.washingtonpost.com/national/health-science/fifty-shades-of-grey-is-seen-as-improving-womens-sexual-health-and-wellness/2012/05/21/gIQAGx4zfU_story.html
31) Resulta preocupante (al menos a mí me lo parece) que Christian sea el prototipo de hombre ideal para tantas mujeres. Aún no sé si Cincuenta Sombras de Grey es un libro tremendamente machista o si defiende la libertad sexual de la mujer. Se supone que la suma de ese lado oscuro y de ese otro tan vulnerable, lo hacen, junto a sus millones y su físico, absolutamente irresistible. Como para un estudio sociológico. Mal vamos, me temo.
32) Lo que sí es evidente es que es un libro de esos que se ha escrito pensando en el cine. Pero cine Made in Hollywood, of course. No quiero ni pensar en el guión.
33) Creo que es absolutamente necesario desmontar (si es que ello es posible) la falacia consistente en afirmar que cuando se «necesita» leer algo ligero, entretenido y «fácil», la respuesta tenga que ser, necesariamente, un producto editorial de este tipo. Ni por asomo. Hay muchos ejemplos de lo contrario en este mismo blog. Y no digamos fuera de él.
34) Entro hoy mismo en La Casa del Libro y me encuentro con el anuncio de otra trilogía erótica «definitiva» que arrasa en ventas. El hombre es el único animal que tropieza….http://www.casadellibro.com/libro-no-te-escondo-nada/9788467009651/2016283
35) Lo dicho: prometí que no iba a mentir en los comentarios y no quiero que suene pedante, pero en algunos momentos el libro me ha parecido algo muy cercano a una tomadura de pelo.
36) Cincuenta Sombras de Grey se lee muy rápido. Maquetación cómoda, letra espaciosa y espaciada. Admite, por muchos motivos (aquí os he contado algunos) la lectura en diagonal. Es la mayor de sus bondades.
37) Aún con todo, insisto en reconocer el mérito de quien consigue que personas a las que no les gusta leer engullan 1.500 páginas como si en ello les fuera la vida. ¿Pueden millones de personas estar equivocadas?.
38) Me ratifico: uno mejor que tres. Cincuenta Sombras más Oscuras y Cincuenta Sombras Liberadas tendrán que esperar. No quiero ni imaginar lo que encerrarán sus páginas. Supongo que más de lo mismo. Pero preguntaré que ha sido de estos chicos…
39) Hubiera tenido cierta gracia llegar a los cincuenta. De hecho, esa era mi pretensión inicial. Pero francamente, no se me ocurre nada más que decir sobre el libro. Y creo que ya le he dedicado más tiempo del que se merece.
40) Muchas gracias. Por lo de siempre.